martes, 5 de enero de 2010

día 7 - 4 de enero 2010

Desperté con resaca.
Había olvidado lo fea que era la sensación de resaca.
De verdad.

¡Tuve que ir a tomarme el tren sintiendo mi cuerpo todo flojito!
Los trenes europeos son divinos, por suerte.
Dormité durante el viaje y cuando llegué a Córdoba la vida no era tan chota como al salir de Madrid, jaja.

Llegué al hostel que es divino. Se llama Terrace backpackers, la chica que me atendió es amorosa y el hostel súper lindo y "cosy".
Fui a pasear por Córdoba y me perdí. Es muy fácil perderse acá porque las calles son chiquitas, redondas, en fin... Es una ciudad construida hace mucho tiempo, sin planificación, lo cual también le da un atractivo estético inexplicable.

A la tardecita estuve charlando con otro chico que trabaja en el hostel que me mostró todas las cosas que hay para hacer aquí.
Cené en el restaurancito del al lado del hostel, y aquí una anécdota de viaje.

Había en la mesa de al lado mío un tipo argentino, bastante viejo, qué sé yo, 50 o 55 años. Me parecía medio un cero, pero como no tenía con quien conversar, le empecé a hablar, para pasar el rato.
Al principio no me cayó súper bien, porque me contaba de tooooodos los lugares por los que había viajado y lo bien que le iba en su carrera como docente de derecho, tooooodas las conferencias que organiza y toda esa mierda. ¿Vieron cuando alguien se manda la parte con su vida? Bueno, esa actitud. Qué sé yo. De últimas me dio consejos de qué lugares visitar y eso. Pensé, una conversación, un rato, qué va.
En un momento empezamos a hablar del poder de los medios, qué sé yo, boludeces. Pero me tira esta (sic): "Como hicieron con los 70, que los defenestraron".
Yo: "Los 70 están defenestrados por sí mismos".
Él: "Pero hubo dos diablos".
Yo: "Perdón pero me voy a levantar de esta mesa. Fue un placer, chau".
jajajaaj
Ahí me empezó a decir que los jóvenes como yo no queríamos escuchar nada que no fuera lo que nosotros opinábamos, que nos juntábamos en grupos en los que todos opinábamos lo mismo y que no escuchábamos nada diferente, etc.
Yo le dije que ya había escuchado otras opiniones y lo suficiente como para que no querer escucharlas nunca más.
Y como una reina me levanté y me fui.
Y lo dejé sentado solo.

¡¡¡QUÉ HIJO DE PUTA!!!

2 comentarios:

  1. Bastante viejo....50 o 55!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    El tipo es un hijo de puta y un pelotudo, acuerdo con vos. Pero viejo.....en fin! Me veo en la obligación de defender a los cincuentones porque los seguidores de este blog deben ser todos sub 30. Viejos son los trapos, decía mi abuela, que era re grosa!!!!

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